Tio Coco Te Amamos - Central vs. Boca (12º Fecha)
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Palito & Rooh

 

Está hasta las Patos

Dos errores de Abbondanzieri hipotecaron las chances de Boca en el torneo: primero falló en un tiro libre de Méndez que se metió en su palo y luego de que Krupoviesa empatara con un bombazo, el Pato le dejó el poste libre a Castillejos para el 2-1 final. Gran triunfo de Central, que deja al equipo de Basile, como mínimo, a seis puntos de la cima.
El Coco, carpeta en mano, se lamenta. Pudo perder, como pasó, pero también empatar y, en alguna jugada tras el 1-1, hasta ganar... 

Primero fue el instinto, su reciente memoria emotiva, aquel tiro libre de Marcelo Gallardo que se le coló en el ángulo superior derecho: sólo así se explica su movimiento antes del remate de Jesús Méndez, ese paso hacia el centro del arco cuando el volante de Central aún corría hacia la pelota y la visión del arquero estaba tapada por dos rivales ubicados en la barrera. Cuando Roberto Abbondanzieri quiso reaccionar y regresar, reacomodar su eje, resbaló y mordió el pasto mientras Méndez ya celebraba el 1-0.

Después... Después fue, tal vez, sorpresa, incredulidad, asombro por lo fácil que Castillejos desbordó a un Monzón fresco, recién ingresado. De todas maneras, resulta difícil explicar un gol así, incluso más que hacerlo con el anterior: el Pato dejó su palo izquierdo libre, limpito, y no tuvo reflejos para intentar desviar el toque del delantero, sino que simplemente terminó sentado en el área chica.

Y Boca pagó el pato. Perdió un partido que pudo perder, pero también empatar y, en alguna jugada, hasta ganar. Ahora, hipotecó sus chances de pelear por el título ya que quedó, como mínimo, a seis puntos de la cima de la tabla (aún deben jugar Banfield, Estudiantes y Newell's, que están arriba) y también la clasificación a la Libertadores se observa difusa, borroneada: está a siete unidades del último vagón de ese tren.

Si de trenes se habla, Jesús Méndez pareció una locomotora. En cada arranque, mostró una potencia y una claridad para el traslado que destartalaron a los defensores de Boca: Medel y Rosada, por caso, terminaron en las vías. Boca no tuvo a Riquelme. Y fue justamente el ex River, el mismo al que Juan Román había elogiado en el inicio del torneo, el futbolistas más pensante de Central, el que decidió el destino, la velocidad y la profundidad de cada ataque, el que tiró chiches... Un Verón en potencia. En ese primer tiempo, Boca zafó del ahogo gracias a un bombazo de tiro libre de Krupoviesa, inatajable para Broun. Hasta el 1-1, el local tenía todo controlado desde su cómoda postura de contraataque.

Hubo, de todas maneras, situaciones que el equipo de Basile pudo (y debió) haber aprovechado mejor. Valentini le tocó el tobillo a Gaitán en la línea del área grande, aunque la jugada no fue sancionada por el árbitro Pompei, mientras que el propio Gaitán pecó de displicente tras un desborde de Insúa, ya que definió al medio del arco, justo en el lugar donde Ambrosí empezaba a derrumbarse: ahí, Boca pasó del 2-1 al 1-2, porque tres minutos más tarde llegó el gol de Castillejos...

A Boca no le salió ni el tiro del final: el zurdazo de pelota parada de Monzón, con el tiempo cumplido, pegó en el travesaño, dio en el talón de Broun y la pelota, mansita, se entregó a sus guantes. Sonrió, espontáneo, el arquero de Central, feliz porque su destino era diferente del de su colega.

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